A lo largo de este camino por un estilo de vida saludable, en el cual he tenido caídas, tristezas y muchísimas alegrías, descubrí lo que más me apasiona. Crear mi propia comida. Nunca me imaginé escribir esto ya que, desde que tengo memoria, de las cosas que más me gustan y me inspiran es salir y comer.
Sin embargo, como todo camino, cuando empecé este estilo de vida saludable, me llenaba de información y salía a comprar todo para prepararlo en casa. Me sentí realmente dichosa cuando compraba productos «saludables» en los supermercados. Pueden que muchos de los productos que compré eran buenos, saludables, deliciosos pero muchos otros estaban llenos de preservativos, químicos, azúcares escondidos sin hablar de lo costosos que son.
Por esta razón, decidí crear mis propios productos de ceros. Quería encontrar los ingredientes que más me gustan, locales y sin tanto costo para hacerlos de la manera que a mi y a mi familia les hacía bien. Empecé con la fermentación: sauerkraut, kombucha, kefir, agua de kefir. Luego, ya siguieron las leches, y ahora estoy en el proceso de las harinas.
No les puedo explicar lo gratificante que es para mi hacer mis propios productos con los ingredientes que me gustan, me siento como parte de una gran creación, que es plenamente consciente de lo que cada de sus preparaciones lleva. No sé si alguien más lo comparte conmigo pero realmente es algo que me tiene conmovida, llegar a mi mesa y ver que la mayoría de la comida es hecha de ceros en casa, para mi no tiene precio.
Estoy enamorada de estos procesos y por eso mismo los disfruto al máximo cuando los comparto. En este mes del detox, he eliminado (adicional a los alimentos que se eliminan): huevo, piña, almendras, arvejas. Ha sido MUY difícil ya que las almendras y los huevos son parte activa de mi alimentación y por tal motivo he tenido que reemplazarlos con ingredientes que logren los mismos efectos, sabores y texturas. Cuando pase este mes creo que lo primero que voy a introducir son los huevos, me hacen horrores de falta.
Pero volvamos a las pasiones… en el detox estoy tomando mucho leche de coco, obviamente, hecha en casa. Con el afecho o fibra lo he convertido en harina de coco para utilizarlo en todas las preparaciones. Unas cuantas han salido fatales y he tenido que modificar la receta (traté de hacer pan pita y nunca se unificó por tal motivo se convirtió en apanizador para el pescado al horno), pero otras han sido un éxito.
Primero quiero enseñarte cómo hacer la harina de coco para luego pasar a las galletas de coco que funcionaron perfecto y quedaron increíbles.
Harina de coco.
Una vez tengas tu afecho o fibra de la leche de coco. Puedes esparcir tu fibra en una bandeja y llevarlo al horno a lo mínimo de temperatura que tengas (110) durante 2 a 3 horas. En el procesos puedes moverlo con una pala para que se cocine uniformemente.
Cuando ya termina este proceso de secado lleva el coco a tu licuadora y mézclalo hasta obtener harina (probablemente tienes que hacerlo en partes).
Felicitaciones, ya tienes tu harina. Ahora sí a las galletas.
Galletas de coco.
Ingredientes:
- 1/8 taza de aceite de coco
- 1/3 taza de mantequilla de nuez (yo utilicé de marañón)
- 1/3 y 1 tbsp de harina de coco
- 2 huevos de linaza (2 tbsp de linaza molida con 5 tbsp de agua tibia)
- 2 tsp de vainilla
- 1/2 tsp de bicarbonato de sodio
- Pizca de sal rosada
- 1/3 taza de cacao nibs o cacao al 75 %
Procedimiento:
- En un bowl mezcla la linaza molida con el agua tibia. Mezcla y deja reposar mínimo 5 minutos (para tener la consistencia).
- En otro bowl mezcla el aceite de coco con la mantequilla de nuez hasta que tengas una mezcla uniforme. Adiciona la vainilla, harina de coco y bicarbonato de sodio. Mezcla bien.
- Introduce los huevos de linaza.
- Por último adiciona el chocolate o cacao nibs.
- Forma tus galletas y llévalas a una bandeja con papel parafinado.
- Cocina en un horno precalentado a 350 durante 15 minutos.
- Sirve y disfruta.