No recuerdo tener un sweet tooth cuando era chiqui, sí me gustaban las galletas pero no moría por ellas. Desde que quedé embarazada de mi hijo Cristóbal los antojos se intensificaron y con lo único que soñaba era con cosas dulces. Fui muy juiciosa en el embarazo pero los fines de semana comía postres. Tenía la ilusión que cuando naciera mi hijo mis antojos se irían… pero no!
Las ganas de azúcar, de comer cosas dulces me encantan. Desde hace 6 años empecé la historia de la comida sana y llevar mi estilo de comida saludable a otro nivel. Me cuido mucho con los niveles de azúcar pero no dejo de lado algo que me gusta: el dulce. Por eso, ahora intento hacer postres saludables, sin nada de azúcar refinada y con endulzantes naturales.
Otras comidas que dejé en mi dieta fueron el gluten y los lácteos. La historia del gluten se las dejo para otro día pero los lácteos si les cuento un poco. Los lácteos no los consumo porque me inflaman, siento que mi cuerpo no los tolera bien. La leche no está diseñada para que nuestro cuerpo adulto la procese y, por esta razón, cuando comemos algún lácteo, nos cae pesado, nos inflama y nuestro intestino protesta.
Por esta razón busco alternativas que me ayuden a reemplazar los lácteos porque, no les miento, me gusta la textura del yogurt y me parece que es súper versátil.
Y ya con mi historia les dejo la receta del parfait ficticio pero que no deja de ser glorioso. Lo acompaño de frutas y granola.
Ingredientes:
- ¾ tazas de marañones crudos y sin sal
- 4 oz de agua de coco
- ½ tbsp o cucharada de azúcar de coco
- ½ tsp o cucharadita de vainilla
Procedimiento:
- Poner en la licuadora todos los ingredientes. Es necesario tener una licuadora buena y ponerla en alto. Licuar hasta tener una masa homogénea y cremosa.